La elaboración del pan no acaba con el horneado; un correcto enfriado completa las reacciones físico-químicas que hemos ido observando hasta ahora y permitirá disfrutar de todo el sabor.
Las condiciones de conservación también decidirán en buena medida la calidad del pan cuando se consuma.
Por ello, cuando vayas a hornear masas, primero enfríalas. Galletas, pan brioche, hojaldre y todo lo que lleve mantequilla es más fácil de manipular cuando está frío. Una excelente opción es usar un abatidor, este es un muy buen truco si no quieres que tus obras de arte se deformen al hornearlas.
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